Podéis arrancar al hombre de su país, pero no podéis arrancar el país del corazón del hombre. JOHN DOS PASSOS
Si Ud. se fue de cierto allí durante cuarenta años
-la mitad de su vida-
no hay vuelta posible.
Huyeron las orillas, las arenas, las veredas.
A los parasoles los barrió el viento.
El nuevo país envejece con uno y adopta nuestros propios tics.
Arraigo, desarraigo son palabras huecas.
La realidad está en los huesos, las mareas
y las lápidas.