por Luisa Futoransky
1
a veces tengo gusto de cascotes en la boca
no comimos en una mesa de azulejos azules, dentro ni fuera del jardín
no estuvimos ni en india ni en bali con procesiones que llevaran ofrendas floridas
por la travesía que conduce al mar
nadie fue testigo de la boda
y si digo que me traicionaste a lo largo y ancho de los puntos cardinales?
queda qué queda
esta capa de ceniza y huesitos
buenos como abono
porque vos, jardín tenés
2
el camarada shu-ru-yang, una vizcacha canija
fue el intérprete oficial de español
para los contratados en beijing, china,
hasta que el maremoto desarrollista lo alejó de una patada hasta una provincia
remota, cerca del takla makán, desierto de la muerte, literal
del entra y nunca saldrás
vulgo, que el tonji shu cayó en desgracia para no levantarse jamás
3
vi un pájaro naranja y dos ardillas saltarinas de cola enrulada
en un huertecito de prospect park
después empezó a nevar y hasta hoy
nos los vi, no me vi más
4
de telón de fondo la llegada de las tropas francesas a tombuctú
yo guardaba de referirme a un hechizo bien certero;
un diente, el mío, envuelto en pelo de elefante y cuentas
con incisiones,
no digo nada
el comandante que me acompaña
me dice que por qué no lo señalo
mejor hacerse la tonta le digo
-creés que siempre sirve?, dice
-mirá los avestruces
acaso no los ves muy lindos?
5
anoche en la calle sexta de austin
un hombre joven iba con su cruz para arriba y para abajo de la calle
y cuando te fijabas no la arrastraba como en la estampita
la suya tenía rueditas
jesus loves you
la corona de espinas
de plástico, sirve para otro viernes
6
lustros
que custodio
el agua lustral
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